viernes 2 de junio de 2023
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El gotero de Massa, el focus de Larreta y el tic-tac de la corrida

La idea de demorar tres días el índice de inflación de abril, de la que Marco Lavagna desistió a las pocas horas de anunciarlo con el singular desparpajo frentetodista para retroceder, no fue de los gobernadores peronistas que irán a las urnas el fin de semana que viene. El jefe del INDEC se lo propuso a Sergio Massa el martes al mediodía ante otros dos miembros del equipo económico con el argumento de que el último índice se había publicado también un viernes, justo antes de los comicios en Río Negro y Neuquén, y que a su juicio era algo reñido con la veda electoral.

Nadie cree que los pampeanos, los salteños, los tucumanos, los fueguinos y los sanjuaninos vayan a cambiar significativamente su voto por lo que informe el INDEC uno o dos días antes. Si el ministro de Economía aceptó la sugerencia de Lavagna es porque el dato de abril representa un hito especial en su propia gestión. Es el mes en el que la inflación iba a «empezar con 3», como soplaban sus incondicionales al oído de la prensa apenas 120 días atrás. Y todo indica que va a empezar con 8.

En el Banco Central todavía abrigan esperanzas de que sea una o dos décimas menos, aunque ya dan por hecho que superará el fatídico 7,7% de marzo. El problema, advierten, es que el traslado a precios de la corrida del dólar paralelo impactará todavía más en mayo. La estadística mide promedio contra promedio y las remarcaciones más numerosas fueron la semana previa al Día del Trabajador. Para peor, volvieron a golpear donde más duele: en los negocios de barrios pobres que releva el instituto de investigaciones sociales de la agrupación Barrios de Pie, los alimentos subieron 8,1%. En el primer cuatrimestre el azúcar trepó 53,8%, la polenta un 47% y el queso cuartirolo un 54,5%.

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