Mamen los alfas: acaba de llegar un nuevo gallo al corral. Hablamos del “hombre sigma”, alguien que está, al tiempo, al mismo nivel que el tradicional líder de las manadas masculinas pero alejado de la propia trampa de las “jerarquías de la dominancia sexual”.
¿Hombre sigma? Según distintos análisis de contenido web, se trata de un término que, si bien existe desde 2010 cuando el reaccionario masculinista Vox Day escribió sobre ello por primera vez, ha ganado tracción en la web en los últimos dos años gracias a los fotos de la “manosfera” y el algoritmo de YouTube.
Si para imaginarte lo que es el “hombre alfa” te basta pensar en el “cabecilla” de los quarterbacks del equipo de fútbol o en su versión serial en un Don Draper dominante que atrae a las mujeres y a hombres por igual (las primeras desean que las posea, los segundos quieren parecerse a él), el sigma es el héroe de nuestros tiempos tardocapitalistas. Algo así como John Wick, o casi cualquier antihéroe cinematográfico atractivo pero alérgico a la autoridad. O un Jezz Bezos, capaz de conquistar el mundo saliendo de una ratonera y triunfando en el plano sexual pese a ser calvo.