Con un costo aproximado de 500 mil pesos, el búnker del PRO puso a prueba la segunda aplicación electoral para celulares que desarrolló desde las presidenciales de 2015, destinada a su «público convencido». En esta ocasión, la app trabaja desde la marca de Juntos por el Cambio y funcionará hasta la finalización del ciclo electoral, con tres objetivos estratégicos: otorgarle herramientas de agitación al núcleo duro del macrismo en una nueva apuesta para ahondar la híper polarización con el kirchnerismo, posicionar a los usuarios como reproductores de los mensajes diseñados en la Casa Rosada para seducir indecisos y lograr que los «Defensores del Cambio» se animen a generar contenidos propios a favor de la candidatura del presidente Mauricio Macri a la reelección.
La app se puede bajar de las tiendas virtuales de Google y Apple y es tan intrusiva como las demás, aunque pertenezca a una organización político-partidaria que debería contar con algún protocolo específico para preservar la intimidad de los usuarios. El tema está instalado en medio de un vacío legal, porque ninguna ley regula la utilización de estas aplicaciones en campaña.
El programa no sólo ofrece «sumar a un amigo», bajarse stickers para usar en chats, generar contendidos, crear una credencial para asistir a actos proselitistas y contar con una lista «para amigos indecisos». También les pide a los usuarios el acceso a todos los contactos del celular, al micrófono, la cámara, leer el contenido de la tarjeta de almacenamiento y acceso completo a la red, entre otros requerimientos de la versión Beta 1.01.02.