Cuando el fiscal especial de EE. UU. Robert Mueller emitió su informe sobre la intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de su país en 2016, la calificó de «radical y sistemática». Desafortunadamente, Estados Unidos no ha respondido a ella con la misma contundencia.
Esa es la conclusión de un nuevo estudio realizado por un grupo de expertos en la Universidad de Stanford (EE. UU.). Su trabajo muestra que, aunque el país ha hecho algunas mejoras en sus defensas electorales, aún hace falta un esfuerzo nacional coordinado en múltiples frentes para evitar que troles y hackers extranjeros socaven la integridad de sus próximas elecciones presidenciales del año que viene.