Que se doble, pero que no se rompa. Ese es el objetivo de Juntos por el Cambio para la campaña que llevará a la oposición hasta las PASO. El peligro es que la feroz batalla por convertirse en candidatos termine por hacer volar por los aires a la coalición opositora.
Eso advirtió Elisa Carrió antes de tomar la decisión de volver del retiro: “Voy a ser candidata”, anunció. Y argumentó con extraña lógica: “Lo voy a hacer para garantizar la unidad de Juntos”. Como si una candidatura más además de las que ya hay (Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Facundo Manes, Gerardo Morales y la posibilidad latente de que incluso se sume Mauricio Macri) pudiera fortalecer a la coalición en vez de seguir debilitándola. El propio Macri también se muestra preocupado por el nivel de agresividad y suele hablar con sus interlocutores de que los dirigentes deben garantizar una campaña sin golpes bajos. Todos asienten, pero nadie está del todo convencido de que pueda suceder.
Reglas. El 14 de agosto, una vez que hayan sucedido las PASO y la lista de candidatos se haya reducido a uno por coalición, se habrán acabado las disputas. Los dirigentes tendrán que tragarse las polémicas que hayan lanzado contra sus pares en plena campaña para acompañar al ganador. Pero falta mucho para ese momento: un semestre de tensiones puede ser demasiado.