La coronación del rey Carlos III el sábado implicará un ritual tan poco frecuente en la historia británica moderna que la última vez que se dio fue hace 70 años, más o menos el tiempo que transcurre entre los avistamientos del cometa Halley. Sin embargo, la coronación aún no ha cautivado la imaginación de un Reino Unido preocupado por otros asuntos.
En panaderías, tiendas de juguetes y el museo de cera de Madame Tussauds están apareciendo imágenes del nuevo rey, en chocolates, Legos y cera. Antiguas reliquias de la coronación, que incluyen la Piedra del Destino de Escocia, están llegando a la Abadía de Westminster para la ceremonia. Carlos y su reina consorte, Camila, ensayan cada paso del servicio en una sala acondicionada especialmente para ese fin en el Palacio de Buckingham.
Pero en una encuesta reciente de la firma de investigación de mercados YouGov a 3070 adultos en el Reino Unido, el 64 por ciento de los participantes dijo tener poco o nulo interés en la coronación. Solo una tercera parte dijo que estaba muy o bastante interesada en ella. Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el número de los que manifestaron poco o ningún interés ascendió al 75 por ciento.