Con el acuerdo con el FMI encaminado, el Gobierno pareciera tener más apoyo de la oposición de Juntos por el Cambio que del propio kirchnerismo, la expresión más visible y mayoritaria del Frente de Todos que entró en un estado “deliberativo” desde la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados.
Esa es la encrucijada que deberá afrontar la coalición oficialista en el año que empieza. Tal como se preveía, La Cámpora y los sectores más radicalizados rechazaron el entendimiento por la deuda y Cristina se llamó a silencio. Las gestiones quedarán ahora a cargo del ministro Martín Guzmán y el ala albertista de la alianza.
De hecho, el Gobierno podría atravesar la irónica situación de contar con el apoyo de los diputados de Juntos por el Cambio y recibir el rechazo de varios integrantes de su propio bloque, como son los legisladores de La Cámpora, Patria Grande, el PCR y los Moreau.