viernes 24 de marzo de 2023
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El «terror sintético» llegó para quedarse y estas películas lo demuestran

Desde hace tiempo, una clase de terror se ha venido acercando, sigilosamente, como lo hace el buen horror. Una película por aquí, luego otra por allá. Pero 2022, es el año de darle un nombre: terror de ‘elevator pitch’. En países angloparlantes y muchos otros se usa el término ‘elevator pitch’ (discurso de ascensor), para referirse a un discurso corto, de un máximo de dos minutos, que busca persuadir a alguien de una idea: justo en el tiempo que tardas dentro de un ascensor. 

Me parece que el término queda como anillo al dedo a las obras de este subgénero. Estas películas son exactamente eso, sintéticas (quizá terror sintético sería un mejor término, o terror anticipado; pero quedémonos con el punto): la idea central se puede resumir en una sola palabra. ¿Una casa de Airbnb que da miedo? Véase Barbarian. ¿Una sonrisa contagiosa y falsa que te matará en siete días? Ahí está Smile. Quizá se trate de llamadas embrujadas por Zoom y entonces tenemos Host. O tal vez sea una playa que te hace envejecer: llegamos a Old. ¿Y una serie de horripilantes asesinatos en un set de porno? Damos con X. (Para el año que viene, un giro cómico al género: un oso adicto a la cocaína, Cocaine Bear.) No todos los títulos salieron este año, pero este parece, sin duda, el momento cumbre del concepto.

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