Mientras las empresas tienen dificultades para encontrar el equilibrio adecuado entre el trabajo presencial y el remoto, y los empleados luchan por su autonomía, el debate sobre el regreso al trabajo presencial se ha centrado en la productividad. Si los empleados son igual de productivos en entornos remotos, ¿por qué pedirles que regresen a la oficina? En igualdad de condiciones, el trabajo a distancia es más barato y cómodo que desplazarse hacia y desde el trabajo.
Aunque la productividad es importante, no hemos prestado suficiente atención a los posibles efectos negativos del trabajo a distancia sobre la salud de algunas personas. Eventualmente, quienes tienen el lujo de trabajar desde casa pueden darse cuenta de que el trabajo a distancia es desventajoso para su bienestar mental y físico.
Una reciente recopilación de estudios basados en evidencias sobre los efectos mentales y físicos del trabajo a distancia produjo resultados contradictorios. Algunos trabajadores prosperaron en el entorno remoto, tras citar que tuvieron más tiempo para comportamientos saludables como hacer ejercicio y establecer vínculos con la familia, mientras que otros se volvieron menos activos, aumentaron de peso y reportaron sentimientos de aislamiento y depresión.