Desde que apareció la fiebre del litio por la rápida expansión del mercado de las baterías para autos eléctricos, Sudamérica vio una gran oportunidad.
Y es que en «el triángulo del litio» (Argentina, Bolivia y Chile) están las mayores reservas mundiales de litio.
Los tres países se lanzaron de golpe hace más de una década a buscar la forma de explotar esas reservas pero rompiendo con la «maldición de los recursos naturales» que tradicionalmente ha perseguido a los países exportadores de materias primas.
Pero el viaje desde la extracción del litio hasta llegar a la fabricación de una batería para autos, es largo y pedregoso.