El efecto del uso de las redes sociales en los menores es un área de investigación muy delicada. Legisladores y padres de familia intentan determinar los resultados de un vasto experimento que ya está en pleno desarrollo. Estudios sucesivos han agregado piezas al rompecabezas y analizan las implicaciones de un flujo casi constante de interacciones virtuales que comienza en la infancia.
Un nuevo estudio realizado por neurocientíficos en la Universidad de Carolina del Norte intenta algo nuevo: hace escaneos cerebrales sucesivos a estudiantes de entre 12 y 15 años, un periodo en el que el desarrollo cerebral es especialmente rápido.
Los investigadores descubrieron que los chicos que de manera habitual revisan sus redes sociales alrededor de los 12 años mostraban una trayectoria distinta, en la que su sensibilidad a las recompensas sociales de sus compañeros se incrementaba con el tiempo. Los adolescentes con menos participación en las redes sociales siguieron el camino opuesto: un interés cada vez menor en las recompensas sociales.