Gracias al auge de las redes sociales, la desinformación está por todos lados. Ahora que la confianza en los medios va en picada, es vital que los periodistas no se involucren en métodos de reporteo que dañen aún más su credibilidad. La confianza en las noticias importa para poder distinguir los hechos de la ficción.
En el nuevo libro “Reportajes encubiertos, engaño y traición en el periodismo”, nos preguntamos si el engaño podría ser, muy pocas veces, un método aceptable para los periodistas. En otras palabras: ¿alguna vez está bien mentirle a un entrevistado para obtener una historia?
Para nosotros puede ser éticamente justificable bajo condiciones muy específicas. Ofrecemos una lista de verificación de seis puntos para que los periodistas (y la audiencia) prueben si un potencial engaño podría estar justificado.
La mentira es uno de los problemas éticos más comunes en el periodismo. Varía en gravedad: desde la tergiversación de información hasta el uso de reporteo encubierto.