Durante el fin de semana, surgió la clásica pregunta en cenas familiares y juntadas con amigos: ¿qué pedimos? Pero la respuesta estuvo signada por la duda: en la ciudad de Buenos Aires, las aplicaciones de delivery están suspendidas y muchos porteños están prescindiendo de una joven –aunque rápidamente adoptada– costumbre 4.0.
El viernes, el juez Roberto Gallardo, a cargo del Juzgado de Feria Contencioso Administrativo y Tributario N° 2, ordenó el cese temporal de la actividad por incumplimiento de resoluciones judiciales.
La medida fue solicitada por la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (Asimm) y permite que la Policía decomise las mercaderías que transporten todos los empleados de las tres firmas hasta tanto «respeten íntegramente los requisitos legales y judiciales».