El consumo de alcohol ha sido identificado como un importante factor de riesgo de enfermedad, discapacidad y mortalidad. De hecho, en una evaluación comparativa de riesgos realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el impacto perjudicial del consumo de alcohol en la carga mundial de enfermedades y lesiones solo fue superado por las relaciones sexuales sin protección y la insuficiencia ponderal infantil.
De hecho, según los del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), cada año, solo en EEUU, mueren 140 mil personas por el alcohol.
Hace poco, la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) y la revista The Lancet (una de las revistas médicas más prestigiosas como la BMJ) han presentado el trabajo que realizaron con el fin de analizar y mejorar la salud hepática de la población; además de un decálogo para médicos y políticos.