“Mirando a don José Antonio Kast durante su campaña, el ver cómo trata a su señora, cómo trata a sus hijos, cómo se tratan ellos como familia, me identifica (…) Me gustaría que todas las familias chilenas fueran igual”. “Los tipos de este partido no tienen filtros, no tienen parámetros, ellos lanzan, atacan. Como Pinochet”. Son dos caras de una misma moneda: visiones completamente opuestas sobre cómo se percibe al excandidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast y a su colectividad, que el pasado fin de semana se transformó en la principal fuerza política chilena. Ambas afirmaciones fueron recogidas como parte del estudio cualitativo Apoyo y Rechazo a la Ultraderecha en Chile, publicado en enero de la mano de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, del partido Socialdemócrata alemán, a cargo del politólogo Cristóbal Rovira.
El estudio busca explorar en las posturas de amor y odio que genera el líder del Partido Republicano, la fuerza ganadora de la jornada electoral chilena del domingo pasado, donde obtuvo más de 35% de los votos válidamente emitidos y logró 23 de los 51 consejeros que escribirán la propuesta de nueva Constitución de Chile.
Los resultados muestran cómo los seguidores de Kast son un grupo homogéneo donde priman los conceptos de “familia, patria y seguridad”, mientras que los anti-Kast son un conjunto diverso, que mira al líder republicano y su entorno como “extremo, autoritario, conservador y de privilegios”.