domingo 2 de abril de 2023
Cursos de periodismo

Finlandia nos enseña algo crucial: preparémonos siempre para lo peor

El número de muertes reportadas por el terremoto en Turquía y Siria aumenta todos los días. No es solo una tragedia local en la que muere gente de un país muy lejano. Los desastres naturales han golpeado y golpearán en todo el mundo, incluido Estados Unidos. ¿Cuáles son sus repercusiones? ¿Qué lecciones se pueden aprender de ellos?

Tal vez la lección más destacada sea esta: la mala suerte es inevitable y debemos anticiparnos y prepararnos para ella.

Para los estadounidenses, quizá nuestra primera asociación con los terremotos sea el que destruyó a San Francisco en 1906. Se estima que murieron alrededor de 3000 personas, pero ha habido al menos ocho terremotos documentados desde el año 1500 en el mundo con un número total de fallecimientos mayor a 100.000 personas, entre ellos el terremoto de Tokio de 1923 que acabó con la vida de 143.000 personas, superado por uno que dejó un saldo de casi un millón de personas fallecidas en China en 1556.

Las erupciones volcánicas son tan letales como los terremotos. Mucho más letales que la erupción del monte Santa Helena de 1980 por la que murieron 57 estadounidenses fueron la erupción del Vesubio en el año 79, la del Krakatoa en 1883, la de Santorini que quizá haya mermado la civilización minoica de Creta y la erupción de 1902 que en cuestión de minutos acabó con la vida de unas 30.000 personas en la isla caribeña de Martinica.

nytimes.com  (www.nytimes.com)