Gerard Piqué siempre ha sido un tipo de ideas. En distintos momentos ha tenido ideas sobre industrias tan dispares como las bebidas isotónicas deportivas y los torneos internacionales de tenis. Ha invertido en el negocio de las gafas de sol y los juegos móviles. Ha coqueteado con los derechos de transmisión, la propiedad de equipos de fútbol y las hamburguesas orgánicas.
Durante mucho tiempo, Piqué hizo todo eso y al mismo tiempo era uno de los futbolistas destacados de su generación, una piedra angular de varias formaciones del Barcelona que cosecharon la gloria en cantidades industriales y un actor clave de una selección española que ganó una Copa del Mundo y un Campeonato de Europa. No obstante, ser excelente en el fútbol nunca fue suficiente.
“Una de las primeras cosas que me dijo es que terminaba de entrenar a las 12”, dijo Nicolas Julia, fundador de la plataforma de deportes digitales Sorare. “A algunos de sus compañeros les gustaba jugar videojuegos. A otros les agradaba estar con sus familias. A él le encantaba ir a la oficina a crear algo”.