Tarde o temprano el debate por el aumento de las retenciones iba a tronar en el horizonte postelectoral de noviembre. La firma del acuerdo con el staff del FMI, junto a su aprobación en la Cámara de Diputados durante la madrugada del viernes terminó de cristalizar esa posibilidad. Se expresó el domingo, con el cierre del registro para exportar harina y aceite de soja.
Al día siguiente se metió en el medio de la exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, ante los miembros de la comisión de Prespuesto en el Senado. El PRO se encargó de amenazar con quitarle el respaldo al texto si el Gobierno no despejaba las dudas sobre el aumento de las retenciones y dejó al desnudo que los acuerdos con el oficialismo posiblemente terminen cuando el pacto con el Fondo sea ley.
Antes de la firma con el staff, la sequía del verano y la guerra en Ucrania aceleraron la discusión. El conflicto en Eurasia no sólo disparó los precios internacionales de la energía, sino también de los alimentos y de commoditties como la soja, el trigo y el maíz.