Seguramente habrá visto anuncios que promocionan a las compañías de gas y petróleo como las soluciones al cambio climático. Pretenden ser inspiradoras y esperanzadoras, con escenas de un futuro verde y limpio.
Pero estos anuncios brillantes no son lo único que hacen estas empresas para proteger sus intereses sectoriales frente a un mundo que se calienta rápidamente. La mayoría también presta apoyo financiero a grupos industriales que gastan cientos de millones de dólares en actividades políticas a menudo dedicadas a frustrar las iniciativas políticas destinadas a frenar el cambio climático.
Por ejemplo, The New York Times informó recientemente sobre los intentos del estadounidense Propane Education and Research Council de desbaratar los esfuerzos para electrificar hogares y edificios en Nueva York, en parte mediante la asignación de casi 900 000 dólares a la New York Propane Gas Association, que inundó las redes sociales con información engañosa sobre las bombas de calor de bajo consumo.
La asociación American Fuel and Petrochemical Manufacturers, que representa a las refinerías de petróleo y las empresas petroquímicas, ha gastado millones en campañas de relaciones públicas, como la que proponía una vuelta atrás en las normas federales de eficiencia de los combustibles.