«Eso es lo que viene», suelen decir los venezolanos en sus conversaciones informales sobre el desenlace que tendrá el proceso político de este país.
Lo dicen con rotunda certeza: que habrá un golpe de Estado, una intervención extranjera, una «matazón».
Pero los venezolanos saben bien que predecir el futuro, por mucho que les guste, es tan o más difícil acá que en cualquier parte del mundo.
“Acá todo puede pasar”, de hecho, es otra de sus frases sentenciosas.
Y en medio de la ola de protestas que viven y en la que según la fiscalía 26 personas han muerto y cientos han resultado heridas, dibujar escenarios es, también, profundamente complicado.