Fue un cóctel de errores, teléfonos cortados y pánico. Con casi 5 millones de personas en las calles -número que triplica a los 1,3 millones que estuvieron en el Obelisco el domingo-, el ballet imperfecto que debía custodiar la caravana mágica de los jugadores hizo la última pirueta pasadas las 3 de la tarde: el micro descapotable se desvió por avenida Larrazábal, rumbo a la Escuela de Cadetes de la Policía Federal, donde esperaban los helicópteros para la “vuelta olímpica aérea”.
Se cancelaba así, casi cuatro horas después de empezar, el recorrido por las calles que sería el festejo de la Scaloneta con los hinchas, la consumación del romance, eso que no pudo ser. La decisión, según indicaron a elDiarioAR fuentes del gobierno nacional, la AFA y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se tomó desde el ministerio de Seguridad a cargo de Aníbal Fernández. “No estaban dadas las condiciones”, se explicó. Fue el momento en que el micro de la Scaloneta atravesaba la general Paz y pasaba de la autopista Richieri a la Dellepiane, con lo que ingresó en jurisdicción de la ciudad de Buenos Aires. Se produjo, en ese momento, una alteración en la custodia de la caravana. Luego ocurrió el episodio de los hinchas que se lanzaron sobre el colectivo.