Horacio Rodríguez Larreta oficializó su decisión de «matar al padre» y queda ahora por verse si Mauricio Macri echa de casa al hijo rebelde. Ese es un nivel de análisis atinado sobre la crisis del momento, aunque las repercusiones de la misma no se agotan en eso. ¿Estará por alumbrar una nueva configuración del sistema político en la Argentina?
Macri se declaró «desilusionado» y, para señalarlo, se valió –llamativamente– de las palabras de María Eugenia Vidal: «Este no es el PRO que prometimos». Y más: «Somos el cambio o no somos nada». Parece que ambos consideran que Rodríguez Larreta se ha convertido en nada.
Directamente interesada en el sentido en el que se expida el expresidente y esperanzada en que enarbole su precandidatura, Patricia Bullrich cumplió con la promesa que hizo a su gente de «liquidar» al jefe de Gobierno, expresando su repudio en Twitter y exponiéndolo en un video que busca ponerlo en el peor lugar del mundo: el de quien hace las mismas cosas que el kirchnerismo. Acaso una sola nube gris le impida ver un cielo limpio: ¿qué rol le dará Macri a una Vidal que no deja de hacer los deberes, sobre todo si concluye que el PRO podría tener necesidad de una figura capaz de dar pelea en el lugar del ring que busca ocupar Larreta?