La comparación resulta sorpresiva y, seguramente, algo odiosa para el Gobierno: con el dato de inflación de febrero publicado ayer, la inflación mensual promedio en lo que va de la gestión de Alberto Fernández es prácticamente la misma que en la gestión de su antecesor, Mauricio Macri. Esto a pesar de que el año pasado la inflación cayó 17 puntos porcentuales respecto de 2019, al cerrar en 36,1% anual contra 53,8% del año anterior.
El cálculo es bastante sencillo: el promedio de alza mensual entre los meses pico y los mínimos en el período diciembre 2015-2019 fue 2,88%, mientras que ese mismo promedio para los últimos 15 meses, es decir, desde que asumió la actual administración, es de 2,84% mensual.
El dato, que sin duda exacerba la discusión económica y política entre los partidarios del gobierno anterior y del actual, deja en evidencia algo más trascendente que la pura coincidencia. Revela la enorme dificultad para iniciar y sostener un proceso desinflacionario, en un caso y en el otro. Y no sólo eso sino que, en la medida que ese proceso de desinflación no se produce, ocurre el inverso. Medido cada cuatro años, el promedio de suba mensual viene en alza desde 2007.