La coalición cambiemita encontró un respiro después de meses de conflicto, aunque todavía tiene por delante un camino complejo para suturar heridas, reorganizarse y construir una oferta electoral atractiva y consistente.
En lo inmediato, a la dirigencia de Juntos por el Cambio le esperan diez días o 240 horas cruciales para empezar a zanjar buena parte de las diferencias que subsisten en su seno con la presentación de las alianzas y luego de las listas de precandidatos. Sobre todo, para la decisiva provincia de Buenos Aires.
La confirmación de la precandidatura del neurólogo Facundo Manes por el revitalizado radicalismo bonaerense empezó a ordenar el tablero de la coalición, en el que la dirigencia macrista había pateado casi todas las piezas sin que nadie estuviera en condiciones de ordenarlas. Al menos pacíficamente.