Cada disciplina crea su propia jerga y la economía a veces escoge términos curiosos para denominar fenómenos que pueden sorprender, por lo mágicos o divertidos.
Es el caso de las burbujas.
El término, para referirse a asuntos financieros, se empezó a usar en la de la Compañía de los Mares del Sur, cuando entre 1711-1720 Reino Unido confió en un prospecto no realista de que el comercio con Sudamérica le traería gran riqueza.
Antes de esa burbuja, a este tipo de episodios se les llamaban manías y la Tulipomanía en los Países Bajos en el siglo XVII es considerada como la más antigua de las burbujas económicas registradas.