Desde hace años James y Theresa Arnold reciben visitas regulares de agentes del FBI, cobradores de impuestos, representantes de acreedores y hasta llamadas amenazantes.
Una mañana incluso encontraron un inodoro roto en la puerta de su granja en el estado de Kansas (EE.UU.). Alguien lo había dejado en señal de desprecio.
Los furiosos visitantes creen que la pareja es responsable de cientos (si no miles) de estafas y fraudes por internet.
Y todo esto debido a un error de programación del que ellos no son responsables.