Durante meses, Beto Marron se enfrentó a un terrible dilema: pagar el alquiler y las facturas de los servicios o comprar suficiente comida para su familia de cuatro miembros. No podía hacer ambas cosas.
No tuvo que tomar la decisión porque a fines del año pasado fue expulsado de su vivienda en las afueras de Buenos Aires, lo que dejó a su familia en la calle.
«Esto me está consumiendo la vida. ¿Cuando va a terminar esta pesadilla?», preguntaba este hombre de 37 años mientras revolvía un tacho repleto de basura en un barrio de clase media de la Capital.
La misma pregunta persigue al presidente Mauricio Macri, y al FMI, que sigue expresando su total apoyo al mandatario después de haber concedido a Argentina un rescate récord de u$s 56.300 millones el año pasado en medio de una crisis cambiaria.