Licenciada y con dos postgrados en dos de las mejores universidades de Estados Unidos, Carolyn Chimeri imaginaba que tendría una vida más cómoda que la de sus padres, que nunca fueron a la universidad.
Pero terminó su educación con una deuda de US$238.000 y hoy, a los 29 años, lucha para pagar los plazos de esa deuda con un salario de profesora.
«Mi marido y yo discutimos todo el rato por el dinero, pensando en cómo sobrevivir, pagar las cuentas y vivir como gente normal en Nueva York», le explica Chimeri a la BBC.
Y deudas de seis dígitos como la de Chimeri no son raras en Estados Unidos, un país en el que hay pocas universidades gratis y donde cerca del 70% de los estudiantes recurren a préstamos para pagarse la universidad, según el gobierno.