La interna en Manhattan es feroz y la disputa es por una cuestión concreta: la pérdida de miles de millones de dólares por la crisis de la Argentina. Los “lobos” de Wall Street culpan duro a los funcionarios del FMI y les achacan el fracaso.
Los bancos acusan a Christine Lagarde de ser el instrumento de una apuesta política de Donald Trump a favor de la continuidad de Mauricio Macri, quien está a tiro de una eventual derrota.