Una mujer joven y negra permanece erguida en medio de la calle, con las piernas ligeramente separadas y la barbilla en alto.
Rodea su cuerpo con el brazo derecho y el viento levanta levemente el bajo de su vestido, largo y gris.
Su imagen contrasta con las dos figuras que tiene enfrente, como si todas ellas no pertenecieran a la misma escena.
Pero sí, forman parte de un todo.
Ella es una manifestante más entre las decenas que el sábado se concentraron frente a la comisaría de Baton Rouge paraprotestar por la muerte del joven negro Alton Sterling a manos de la policía en esa ciudad de Luisiana, Estados Unidos.