Ya sea un encuentro en un bar a oscuras, una incómoda cita a ciegas, esos primeros encuentros han sido durante mucho tiempo un experimento que consiste en juntar a desconocidos y esperar lo mejor. En muchos casos, no había ninguna conexión salvo la ubicación o, tal vez, un conocido común.
En la mayoría de los casos, esta fórmula funcionaba. Por ejemplo, en EEUU, los matrimonios están llenos de casos que empezaron a salir cuando eran completos desconocidos. Una encuesta realizada por el Survey Center on American Life, del que soy director, reveló que el 46% de los estadounidenses casados afirmaban no conocer a su cónyuge antes de empezar a salir.
Pero eso está cambiando: los jóvenes de hoy, especialmente las mujeres, encuentran cada vez más romances en sus grupos de amigos. En nuestra encuesta, el 43% de las personas de entre 18 y 29 años afirman haber mantenido una relación con alguien que primero fue amigo, incluido un sorprendente 50% de mujeres.
