Durante milenios, la humanidad había utilizando un sencillo truco para caminar sin estamparse con los elementos: mirar hacia adelante. Esta vieja máxima ha pasado a mejor vida durante los últimos años. La popularización de los smartphones ha llenado las calles de personas absortas en sus pantallas, deambulando por las ciudades sin prestar demasiada atención a su alrededor. Ninguno estamos absueltos del pecado. Tú has sido una de esas personas; yo lo he sido; todos lo hemos sido.
Y sí. Eso nos ha convertido en lo peor. Lo sabe incluso la ciencia.