viernes 24 de marzo de 2023
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La gira de la misericordia del presidente Díaz-Canel

En el Airbus YV3535 de Conviasa, aerolínea estatal venezolana sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC), el presidente cubano Miguel Díaz-Canel realizó una gira internacional de 11 días que lo llevó a Argelia, Rusia, Turquía y China. Un viaje a la desesperada para pedir ayuda, misericordia, para que sus viejos aliados le echen una mano al régimen cubano que se hunde en un pantano de penurias.

La incapacidad gubernamental del régimen y sus desastrosas estrategias económicas durante décadas, Donald Trump y sus sanciones —aún vigentes— contra la isla y el saldo económico de la pandemia tienen a Cuba en un estado de calamidad, idéntico o peor que aquellos años cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se hizo polvo y su desaparición provocó el desajuste para siempre de la estructura ósea de la economía cubana que se alimentaba casi por completo de Europa del este. Hoy, como en antaño, los cubanos tienen que hacer malabares para comer, para vestirse, para medicarse, para transportarse, para tener energía eléctrica, para que no les falte el agua potable, en definitiva, para vivir.

La situación de la nación está al límite. Al punto de que, por más surreal que parezca y obligado por las circunstancias, al régimen no le ha quedado de otra alternativa que comenzar a impulsar de vuelta un nuevo acercamiento hacia el gobierno de Estados Unidos. En paralelo, ir a tocarle la puerta, en busca de oxígeno, a antiguos amigos —Argelia, Rusia, Turquía, China— que a su vez son contendientes directos de los estadounidenses en términos geopolíticos.

washingtonpost.com  (www.washingtonpost.com)