Los intereses de la deuda representaron el 15,65 por ciento del total de los recursos tributarios del Tesoro en los primeros tres meses de este año. En el mismo período de 2016 sumaban 7,60 por ciento. Desde el inicio del gobierno de Cambiemos, la proyección de ese indicador fue en permanente ascenso reflejando así la carga cada vez más pesada en las cuentas públicas de un endeudamiento vertiginoso. El temor de financistas y analistas del establishment a la declaración de un default en un eventual tercer gobierno de CFK es bastante prejuiciosa. La política económica de Cambiemos derivó en la actual situación de insolvencia; no fue provocada por el populismo. El default de Macri fue evitado por el FMI. El kirchnerismo en gestión de gobierno, en cambio, se convirtió en el ciclo político más pagador de deuda en términos netos desde la recuperación de la democracia. También es exagerada la aversión del mundo de las finanzas al regreso del kirchnerismo al poder por la posibilidad de una renegociación de los vencimientos de deuda, puesto que existe consenso en la city de que es una instancia que cualquiera que sea gobierno 2020-2023 deberá plantear al mercado. Pocos dudan de que para ganar un poco de margen en el manejo de la cuestión económica resulta imprescindible redefinir el cronograma de pagos de intereses y capital, incluyendo el abultado préstamo entregado por el Fondo Monetario Internacional.