En noviembre de 2019, luego de 15 años en el gobierno (2005-2020), el Frente Amplio (FA), un partido de centroizquierda con fuertes vínculos con los sindicatos y otras organizaciones sociales, perdió las elecciones con la Coalición Multicolor (centroderecha), liderada por el actual presidente Luis Lacalle Pou. La coalición estaba integrada por los dos partidos tradicionales (el Partido Nacional, al que pertenece Lacalle Pou, y el Partido Colorado), más una expresión nueva de derecha radical (Cabildo Abierto), así como dos expresiones electorales menores (el Partido Independiente y el Partido de la Gente).
Aunque en la segunda vuelta la diferencia entre el candidato del FA, Daniel Martínez (ex-alcalde de Montevideo), y Lacalle Pou fue pequeña (1,6 puntos sobre los votos válidos), en la primera vuelta el FA sufrió un cimbronazo: fue el partido más votado, con 39% de los votos, pero perdió más de ocho puntos porcentuales respecto a las elecciones de 2014, lo que redujo significativamente su bancada parlamentaria. El resultado sorprendió a la dirigencia y militancia frenteamplista que, si bien esperaba una votación menor a la obtenida cinco años antes, no preveía una pérdida tan grande de votos. Las razones de este fenómeno fueron varias; entre ellas se destacaron la desaceleración de la economía, el aumento de la inseguridad, un candidato presidencial que generaba poco entusiasmo y la habilidad de la centroderecha para enfocar su crítica en la gestión de los gobiernos del FA.