Con la brecha cambiaria contenida, el Ejecutivo espera que no se desmadre la inflación y asegura que es sostenible la recuperación en fábricas y obras.
En La verdad sobre el transbordador Columbia, Roberto Fontanarrosa cuenta cómo un obrero argentino solucionó una falla técnica de la nave espacial con un pedazo de alambre. «Capaz de acá a un par de años le va a tener que pegar una revisadita», le dice el operario a un ingeniero de la NASA que lo miraba con ojos como platos. En el aquí y ahora, ese par de años puede reducirse a meses, pero en el Gobierno están convencidos de que la actividad económica empezó un repunte sostenido, traccionado por la industria y la construcción, y que si la brecha cambiaria y la inflación no se descontrolan, la producción puede consolidar su despegue y hasta dar algunas vueltas alrededor de la tierra.
Los datos que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) la semana pasada sobre industria y construcción fueron celebrados en el gabinete económico. Con la coyuntura urgente dominando la agenda (tarifas, la inflación y la deuda con el Fondo Monetario Internacional), el Índice de Producción Industrial (IPI) encadenó su tercera suba mensual consecutiva, en una tendencia sostenida desde la salida del aislamiento más duro pero interrumpida por el descalabro de la brecha cambiaria de octubre, y mostró un alza del 4,4% en comparación con enero de 2020.