En 2016, la policía de Dallas se vio obligada a improvisar en una situación desesperada cuando un francotirador mató a cinco agentes y comenzó un enfrentamiento con las autoridades que duró más de una hora. Era imposible acercarse al tirador y los oficiales del cuerpo acabaron usando un robot con un brazo extendido para lanzar un explosivo C-4 hacia él y detonándolo para matar al tirador. Era el primer uso letal de la tecnología por parte de la policía y el incidente provocó un debate sobre si se debería permitir que los agentes del orden usaran robots para quitar vidas.
El debate parece estar llegando a su fin. San Francisco acaba de aprobar una ley por la que pueden usar robots para matar legalmente a personas.
La Junta de Supervisores de San Francisco votó a favor (8 contra 3) de aprobar una política que permitiría a los oficiales usar robots terrestres para matar. Eso sí, solo «cuando el riesgo de pérdida de vida para miembros del público o oficiales sea inminente y los oficiales no puedan dominar la amenaza después de usar opciones de fuerza alternativas o tácticas de desescalada». Por ejemplo, en situaciones como cuando un tirador o un terrorista amenaza la vida de oficiales o civiles.
En realidad, ese estándar que califica la amenaza de «extremadamente alta», es el mismo que se tiene en cuenta cuando los oficiales humanos sacan su arma para disparar a una persona.