viernes 2 de junio de 2023
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La relación entre Alberto Fernández y el kirchnerismo empeora y obstruye la definición de una estrategia electoral

La agenda política de la Argentina se partió al medio el último lunes, cuando un grupo de colectiveros, compañeros de un chofer de la línea 620 asesinado en La Matanza, agredió ferozmente al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni. Un hecho que conmovió a la dirigencia política y generó preocupación en el Gobierno.

Ese día se rompió un límite en la convivencia social que encendió las alarmas en el Frente de Todos. Hartos de la inseguridad, un puñado de choferes no midió consecuencias y avanzó contra Berni hasta arrinconarlo contra una pared. Aunque el ministro lo niegue, sin la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que lo cubrió y sacó de la encrucijada, la situación podría haber terminado peor.

Los colectiveros sabían que estaban rodeados de cámaras de televisión y fotógrafos. Sus caras iban a recorrer el país en cuestión de segundos. Aún así golpearon a Berni con brutalidad. Para el ministro bonaerense y el gobernador Axel Kicillof, el PRO y la precandidata presidencial Patricia Bullrich estuvieron vinculados a los hechos. La Justicia empezó una investigación que no tiene revelaciones hasta el momento.

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