Ha sucedido lo impensable: los Razzies, los niños malos de los premios cinematográficos, han tenido que recular. Su nominación a Peor Actriz a Ryan Kiera Armstrong, protagonista de la nueva adaptación de Stephen King ‘Ojos de fuego’, que en su día protagonizó Drew Barrrymore, ha levantado una oleada de críticas en redes sociales porque Armstrong solo tiene 12 años. Avergonzados por comportarse otra vez como los matones de la clase, la organización ha dado marcha atrás y ha pedido disculpas.
‘Ojos de fuego’ hace arder los Razzies. En un mundo especialmente sensibilizado con el bienestar psicológico de los niños parece inapropiado colgar el sambenito de Peor Actriz del Año a una cría. Por eso, tras el anuncio de los nominados de este año (donde hay ilustres como ‘Blonde’ en ocho categorías, o Tom Hanks en ‘Elvis’), las redes sociales se quejaron sonoramente de la innecesaria crueldad de nominar a Armstrong.
Por ejemplo, el actor de once años Julian Hilliard afirmaba que «los Razzies ya eran mezquinos y poco elegantes, pero nominar a una niña es simplemente repulsivo e inadecuado. ¿Por qué poner a una niña en riesgo de sufrir bullying o algo peor? Sed mejores». La reacción de la organización ha sido anular la candidatura, instaurar la mayoría de edad como obligatoria para el futuro y disculparse con un frío «lamentamos cualquier daño que [Armstrong] haya experimentado como resultado de nuestras decisiones». Pero lo sucedido este año no debe sorprender a nadie que conozca la lamentable trayectoria de los premios.