Nunca pilla en buen momento la muerte. Nunca pilla con las cosas recogidas, el Twitter despedido y la casa lista para entrar a heredar. La muerte es inoportuna y suele interrumpirnos mientras hacemos otras cosas, como vivir. A José Cervera le interrumpió con 54 años y un montón de historias por contar. Porque Cervera contaba historias. Era lo que hacía en su trabajo, periodista y divulgador científico; lo que seguía haciendo en su tiempo libre, repantingado en el sofá de casa o acodado en la barra de un bar; era lo que hacía en Twitter, desde su cuenta, Retiario. Es lo que sigue haciendo allí, pues en internet las palabras de los muertos se pueden conjugar en presente.
José Cervera murió en 2018 pero su cuenta de Twitter sigue tuiteando a un ritmo constante, sigue lanzando ideas, compartiendo enlaces, contando historias. Al nombre de su perfil, Retiario, se le ha añadido una escueta frase explicativa: «hace ocho años» y un tuit fijado. Este.