La última en anunciar su récord de beneficios ha sido la británica Shell, que ayer, jueves 4 de mayo, anunció que había ganado 40.000 millones de dólares en 2022. Por goteo, las otras cuatro grandes Total, Exxon, Chevron y BP, han ido haciendo anuncios similares. No son las que más volumen de crudo mueven al año –están por debajo del gigante chino Sinopec– pero sí las más cotizadas.
El aumento de la demanda ha sido un factor fundamental para estos buenos resultados, aunque su negocio se ha extendido y las apuestas a futuro también se reflejan en los balances: hoy en día, las divisiones financieras, que especulan con el precio de los derechos de adquisición, aportan un buen pico de beneficios a los ingresos tradicionales derivados de la producción y comercialización. Así, las cinco petroleras más grandes han sorteado los inconvenientes de un descenso en el precio del crudo que está afectando a países exportadores como Arabia Saudí. Otros actores en el mercado de las apuestas a futuros como Vitol, Trafigura o Mercuria acompañan a las multinacionales de la energía fósil en el ranking de ganancias sobre la propia producción y la producción de terceros.