A principios de año, Andreina Cordero se saltaba comidas para que sus tres hijos pudieran comer. Su esposo, obrero de la construcción, no tenía trabajo. Y la hiperinflación del país había consumido los ahorros de la familia, limitando a los hijos de Cordero a una dieta de arroz, frijoles, pasta y arepas.
Pero la familia consiguió algo de alivio esta primavera en sus esfuerzos por alimentarse cuando una trabajadora social los inscribió en un programa gestionado por una empresa de Silicon Valley para enviar donaciones en criptomoneda a cientos de familias venezolanas.
Entre febrero y abril, Cordero recibió cada semana un depósito en monedas EOS a través de una aplicación de celular. Ella cambiaba el dinero digital por moneda local a través de transferencias por internet y utilizaba los fondos para comprar en puestos del mercado.
“Por fin pudimos comer pollo”, dijo Cordero. “Y también le estábamos dando verduras a los niños”.