La Argentina paga caro la demora del gobierno para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para afrontar los compromisos por US$ 19.000 millones (los dólares no están y la refinanciación tampoco) que vencen este año.
Como en una comedia, el Presidente asegura que quiere el acuerdo pero que el FMI se lo quiere imponer y reclama el apoyo del gobierno estadounidense en el directorio del organismo.
Alberto Fernández dice que quiere llegar a un acuerdo, la mayoría de la oposición política también, los empresas y banqueros, desde ya para evitar un derrumbe mayor de sus activos y, aunque el kirchnerismo no se sabe bien qué quiere, le reclama a Martín Guzmán que haga su trabajo.