Cristina Fernández de Kirchner volvió a encabezar un acto público, esta vez con acompañamiento internacional pero sin descuidar la consigna local: “Cristina presidente”. El discurso estuvo centrado otra vez en el frente judicial -fue el motivo de la convocatoria- y redondeó los ejes de la campaña del kirchnerismo, antes que electoral destinada al interior del oficialismo, para correr definitivamente a Alberto Fernández hacia los márgenes de la política. Jugada riesgosa, en un cuadro complejo, dominado por las inquietudes económicas. Casi en paralelo con la exposición de la ex presidente, eran difundidas las medidas que Economía formalizará hoy para tratar de contener el dólar y la trepada inflacionaria.
CFK habló en un encuentro rodeada de integrantes del Grupo de Puebla y con tribuna propia. La convocatoria decía todo: “Voluntad popular y democracia. Del partido militar al partido judicial, las amenazas a la democracia”. La ex presidente escaló en el discurso habitual sobre el lawfare y describió un objetivo que busca darle color superador a la ofensiva sobre la cabeza del Poder Judicial como mensaje más amplio. “Recuperar el sistema judicial”, fue la síntesis, que tiene sello personal y escasa chance para su proyecto, como ocurre con el trámite de juicio político a la Corte Suprema.