Hace veinte años, miles de africanos morían de sida todos los días mientras las empresas farmacéuticas se quedaban de brazos cruzados, murmurando su conmiseración mientras afirmaban que no podían recortar los precios de sus medicamentos de 15.000 dólares al año para tratar el VIH.
Es difícil imaginar que una pesadilla como esa ocurra en la actualidad. Enormes cambios han sacudido la industria farmacéutica a lo largo de las últimas dos décadas. Medicinas potentes que alguna vez solo estuvieron disponibles en los países adinerados ahora se distribuyen en las regiones más remotas del planeta y les salvan la vida a millones de personas cada año.
Casi veinte millones de africanos reciben tratamiento para el VIH por menos de cien dólares al año. Los medicamentos de óptima calidad para la malaria, la tuberculosis, la hepatitis C y algunos cánceres ahora se venden a precios mínimos en los países de escasos recursos.