Cuando encienda la televisión esta noche, imagínese que las noticias que ve están interpretadas por actores. Alguien que se parece a Boris Johnson grita furioso a su prometida, Carrie Symonds; Dominic Cummings vomita en una lata; y alguien manda a la mierda a la reina de Inglaterra. Tras emitir estas escenas, la BBC manda un comunicado aclarando que están «basadas en hechos reales», y que espera que nos hayan gustado.
La serie The Crown, sobre la familia real británica, ha recibido elogios por su actuación y críticas por sus inexactitudes; estas últimas normalmente dejan en mal lugar a personas vivas o que han fallecido recientemente. En la nueva temporada, el contenido inventado u ofensivo parece haber ido a más. El guionista, Peter Morgan, reconoce que «a veces tienes que renunciar a la precisión, pero nunca a la verdad».