Lo que vestimos nunca es un accidente, aunque lo parezca. Las tendencias de la moda se alinean con el espíritu político y social del momento, y suelen ser un barómetro de nuestro estado de ánimo. Y si eso es cierto, entonces es difícil mirar lo que está pasando en el mundo de la moda sin preguntarnos: ¿Estamos bien?
Los looks de este año tuvieron desde una vibra de supervivencia al estilo Mad Max hasta lo que simplemente podría llamarse “ropa de apoyo emocional”. Es decir, prendas que parecen estar hechas de malvaviscos y de tu peluche favorito de la infancia. La sociedad parece estar teniendo una respuesta de lucha o huida mediante la moda a nuestra angustia colectiva.
Puede que la pandemia esté llegando a su fin, pero existen otros factores estresantes que se están acumulando a un ritmo vertiginoso. Sequías, huracanes, aumentos en las tasas de interés, inestabilidad política: todo es inminente. En septiembre, un grupo de trabajo recomendó a los adultos estadounidenses menores de 65 años hacerse exámenes para detectar la ansiedad, con el fin de satisfacer una “necesidad crítica” de apoyo a la salud mental.
