El verano pasado, Michael Mina llegó a un acuerdo con una empresa de almacenamiento frigorífico. Como muchos de sus clientes eran restaurantes que estaban cerrados, la empresa tenía congeladores de sobra. Y Mina, investigador de Salud Pública en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard, tenía medio millón de viales de plasma de sangre humana que llegaban de todo Estados Unidos a su laboratorio. Algunas muestras se remontaban a los despreocupados días de enero de 2020.
Los viales, que ahora se encuentran en tres congeladores enormes ubicados afuera del laboratorio de Mina, son el centro de un proyecto piloto de lo que él y sus colaboradores definen como el Observatorio Inmunológico Global. Imaginan un inmenso sistema de vigilancia que pueda analizar la sangre de todo el mundo para detectar la presencia de anticuerpos contra cientos de virus a la vez. Así, cuando la próxima pandemia nos sorprenda, los científicos dispondrán de información detallada y en tiempo real sobre cuántas personas se han contagiado del virus y cómo han respondido sus organismos.