Varios países, entre los que se incluyen Francia, Noruega y el Reino Unido, cuentan con planes para retirar de forma gradual los automóviles impulsados por combustibles fósiles antes de 2050 con el fin de reducir la contaminación atmosférica y luchar contra el cambio climático. La idea es sustituir todos los vehículos convencionales por vehículos eléctricos, pero es poco probable que ayude al medio ambiente si recargamos las baterías utilizando electricidad generada a partir de los mismos combustibles fósiles contaminantes de siempre.
Se estima que el consumo mundial de electricidad de los vehículos eléctricos crecerá a 1.800 TWh para el año 2040, lo que equivale aproximadamente a cinco veces el consumo anual actual de electricidad del Reino Unido. Utilizando datos del Reino Unido como referencia, esto equivaldría a 510 megatoneladas adicionales de emisiones de carbono procedentes del sector eléctrico en todo el mundo, pero esta enorme repercusión podría reducirse drásticamente si la electricidad se generase en su totalidad a partir de fuentes de energía renovables, en lugar de combustibles fósiles.