¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para resultar atractivo al sexo opuesto? La respuesta de algunos incels, los «célibes involuntarios» que interpretan una desigualdad insoportable en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres, es extrema: hasta el quirófano. Un fantástico reportaje de The Cut ha desvelado la cultura de la cirugía estética que predomina en ciertos foros incel, y que lleva a los hombres a transformar su cara y cuerpo en busca del canon de belleza masculino.
¿Un qué? Un incel. Como explicamos en su día, se trata de una subcultura digital de hombres reprimidos. Creen que existe una asimetría en el acceso al sexo: las mujeres contemporáneas, más libres y selectivas, se emparejan sólo con los hombres más atractivos y bien dotados (los macho alfa o chad, en su jerga), marginando sexualmente a miles de hombres normales o feos y condenándolos a la soltería.
Los incel se observan a sí mismos como un grupo social vulnerable y olvidado, empujados a los márgenes de las relaciones emocionales.